martes, 10 de abril de 2007

Mi Dimensión Desconocida

Desde pequeño he vivido en mi propio mundo de fantasía, que ha sobrevivido al paso del tiempo como una gran coraza. Lo que a otros niños atemorizaba, a mi me fascinaba y atraía. Hoy, 35 años después, (todo comenzó aproximadamente a los 7 años) sucede exactamente lo mismo. Amo y me apasiona lo que el resto toma como ridículo, de mal gusto, o simplemente descarta como símbolo de inmadurez. No se trata de una postura caprichosa de mi parte y menos aún snob; no me consudero el típico modelo del freak bizarro por escalafón en consumo de porquerías y rarezas. Lo defino, sin exagerar, como un acto puramente mágico. Si mantener viva la llama de la imaginación y la fantasía de nuestra infancia conmoviéndonos hasta los 40 años no es un acto maravillosamente mágico, la magia dónde está?
Siempre he resaltado, para sorpresa de muchos, que mi relación con el rock en mi preadolescencia fue absolutamente nula, no me interesaba en lo más mínimo! Salvo raras excepciones que cumplían temas de raíz rockera, (léase los Shakers con su ''Rompan Todo'' o alguno en el que Sandro se daba el gusto de volver a poseerse con el espíritu de Elvis...) incluídos de relleno en compilados ultra comerciales de famosísimos programas de T.V. (los que recuerden esos vinilos en colores degradé, hoy tan cotizados, sabrán de que estoy hablando...) Tampoco había nadie que me acercara a ''esa'' música, nablo de hermanos, primos, amigos, que pudieran capturar, previa escucha, en mí la atención por el Rock And Roll. Yo estaba, literalmente (por lo menos mi mente...), en otro mundo. Era un auténtico niño ''from outer space'' con todas las letras! La fabulosa televisión de aquel entonces me atrapó con sus rayos al punto de hipnotizarme (haber visto el alunizaje no fue poca cosa...) Si a esto le sumamos que esto era reforzado con la lectura de cientos (no exagero, de conservarlos hoy sería millonario!) de cómics de superheroes, ciencia ficción y sobre todo terror, además de un total desinterés por los deportes y la actividad social que esto involucra, clubs, colonias de vacaciones, etc., más una salud frágil que a pesar de las dolencias era mi aliada a la hora de faltar semanas a la escuela y tener el tiempo de sobra necesario para leer, dibujar, mirar tele y hacer volar mi imaginación casi tan alto o a la par de la por aquel entonces admirada Apollo XI. Amigos, en síntesis, para mí una guitarra eléctrica era lo que al hombre de Neardenthal hubiese sido una pistola de rayos láser (pensando, ahora seriamente, existieron alguna vez?). Todo este panorama era ideal y válido en ''mi mundo'', pero no fue fácil adaptarse (lo hice alguna vez?) al entorno real, ese era para mi el verdadero ''planeta desconocido''. Ni mi amada Vampirella (mi primera novia en la fantasía, luego vendrían las verdaderas chupadoras de espíritu más que del vital fluído...), el Dr. Tetrik, Dr. Mortis (ellos eran los verdaderos curadores de mis males!), el inquieto Spiderman, Los 4 Fantásticos, el temible y prohibido (no para mí!) Narciso Ibáñez Menta, Bela Karloff, Channey, Batman, Superman, La Liga De La Justicia (el tacto de aquellas ásperas páginas de la mejicanísima editorial Novaro todavía persiste en las yemas de mis dedos...), Fabio Zerpa y sus ovnis, Killing, Goldrake, Yorga, Kriminal (fotonovelas que llevaron a toquetearme ''ahí'' a la hora de la siesta), las horas frente al espejo practicando mis trucos de magia por correo, jamás me objetaron nada. Por más oscuras y terroríficas que fueran las historias de vampiros, hombres lobo y muertos vivientes que devoraba, allí no existía la maldad, el egoísmo, esos seres cuando actuaban lo hacían con verdadera justicia, detrás de esos monstruos había una moraleja, una verdadera enseñanza. La verdadera maldad estaba fuera de esas páginas, en tres dimensiones; la intolerancia de no entender y respetar lo diferente, de rechazarlo, marginarlo, hostigarlo tratando de cambiarlo hacia lo ''normal'', cueste lo que cueste, ignorando el mal (o el bien?) que hacen. entonces las puertas de mi tenebroso castillo se hicieron infranqueables, estaba seguro, del otro lado se encontraban quienes realmente me entendían y protegían.


Esta historia continuará...

3 comentarios:

Mamerta dijo...

El otro día le regalamos una killing a Calamaro.....no se la merece!!!!
Yo te quiero regalar una a vos, Super Master!!!

Cobra dijo...

se me erizo la piel

Cobra dijo...

se me erizo la piel